jueves, 23 de junio de 2016

La (mala) corrección de Lengua en la Selectividad: carta al director de Beatriz Albo

Como profesora de Lengua Castellana y Literatura, que imparte clases de 2.º de Bachillerato en el IES Las Llamas, quiero manifestar mi más rotunda indignación por la corrección de mi asignatura en la reciente y última prueba de la PAU. Los alumnos de mi instituto junto con diez centros educativos más de Cantabria, hemos realizado los exámenes en el tribunal n.º 3, ubicado en la ETS de Ingenieros Industriales y Telecomunicaciones.

Durante todo el curso, los profesores hemos trabajado con entusiasmo y dedicación preparando a nuestro alumnado para enfrentarse con éxito a la tan temida Selectividad. Alumnos que se han esforzado y han dedicado muchas horas a desentrañar un complejo análisis sintáctico, a la realización de los diversos comentarios literarios y periodísticos, a estudiar a nuestros autores, a entender los entresijos de un buen comentario crítico. Alumnos entre los cuales había un buen número de futuros médicos, enfermeros, ingenieros, veterinarios, odontólogos, psicólogos... Y digo 'había', porque el día 20, después de conocidas las notas, muchos han visto desvanecerse su profesión soñada. De un plumazo.

¿En qué cabeza que un alumno cualquiera, de matrícula de honor en 2.º de Bachillerato, saque un 5,10 en la asignatura de Lengua en la PAU? Especialmente cuando ese alumno ha sacado cuatro dieces en las demás asignaturas de la PAU. Hombre, podía haber tenido un mal día, pero resulta que salió satisfecho del examen. ¿Y ese otro alumno, también de matrícula de honor en Bachillerato, que saca en Lengua de la PAU un 5,85? ¿O esa otra alumna, esforzada estudiante, con un expediente de 9,13, que saca un 4,00 en la Lengua de la PAU?

Podría contar infinidad de casos, todos y cada uno igual de importantes para mí, de alumnos a los que esta última prueba de Selectividad en Cantabria ha roto en pedazos sus sueños universitarios. Soy profesora de Lengua, les enseño a amar su lengua y a conocer su literatura, pero a veces puedo llegar a entender, como ahora, que aborrezcan una asignatura que pretende hacer de ellos eruditos filólogos cuando no es esa su vocación. Bonita manera de decir adiós a la famosa Selectividad. Beatriz Albo Bermúdez de Castro.


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