miércoles, 3 de mayo de 2017

Entrevista a Conchita Santamaría

Entrevista realizada por el alumno Mario García-Oliva (4º ESO B) a la profesora Conchita Santamaría, del Departamento de Ciencias Naturales

P. Tras haber sido profesora durante tantos años, ¿cómo consigues poder levantarte cada día con fuerzas y ganas para hacer lo mismo que llevas haciendo tanto tiempo?

R. Creo que contestaría que porque me gusta lo que hago. Porque, aunque me cuesta levantarme, como a todo el mundo, cuando llego a clase, estas me dan energía. Me puede pasar que un día me levante con baja moral, pensando “Ay, por favor, ¿Qué me toca a primera, segunda…? Vaya rollo, otra vez lo mismo, a explicar lo de siempre…”; pero cada grupo es distinto, y cada clase en mi vida también; y el explicar, estar con vosotros, enseñar, etc. me da energía. Es por esto por lo que cuando suena el despertador yo ya sé que cuando llegue a clase se me van a cargar las pilas, básicamente porque estoy en un trabajo que me gusta, que realmente me gusta.

P. ¿Cuáles son los mejores recuerdos que te quedan de tu etapa como profesora en los distintos centros en lo que has estado a lo largo de tu vida?

R. Los mejores recuerdos siempre tienen que ver con las personas, con los alumnos y con los compañeros, y no tanto con la materia, con los métodos pedagógicos, etc. Puedes hacer una cosa que te sale muy bien, un experimento…; pero yo siempre me quedo con la parte humana, porque creo que lo mejor es el trato con los compañeros, tanto alumnos como profesores. Cuando tienes compañeros con los que te llevas bien, con los que puedes compartir un problema que has tenido con los alumnos, o incluso un problema personal, es muy gratificante. Y luego los alumnos, de los que tengo muy buenos recuerdos. Hombre, también he pasado momentos malos con los alumnos, como todo el mundo, pero creo que lo malo se olvida pronto.

P. Como docente experimentada que eres, has vivido de primera mano más de 7 leyes de educación, algo inédito en el resto de Europa, donde suelen pasar décadas sin cambiarlas. ¿Cómo crees que ha cambiado la educación española desde que comenzaste a ser profesora?

R. Primero, yo diría que las he vivido como docente y como estudiante, porque desde que yo tenía 16 años ya empezaron con que si cambiaban la reválida de bachiller, hasta acabar como estamos ahora. Pero volviendo a la pregunta, yo diría que ha cambiado mucho la sociedad, ha cambiado la relación con los alumnos, porque por ejemplo antes el profesor tenía un papel de más autoridad, prestigio…; y luego los métodos, ya que ahora disponemos de multitud de recursos que antes no teníamos, sobre todo los informáticos. Pero, a decir verdad, lo demás tampoco ha cambiado tanto a lo largo del tiempo.
Pero aun así, creo que ha habido un avance realmente positivo, porque recuerdo que cuando estudiaba yo, o al principio cuando yo era profesora, tenías que recurrir a otros recursos, a dispositivas, etc. Pero, como ya he dicho antes, el resto no ha cambiado demasiado. Por ejemplo, respecto a las leyes, en el fondo, no afectan tanto a la materia a la hora de explicarla; porque pueden cambiar los currículos, - parece que cada partido que llega, lo tiene que cambiar-, pero al final si te pones a escarbar un poco, acaba siendo lo de siempre.

P. Aparte de en nuestro instituto, en el cual  llevas ya unos cuantos años, ¿en qué otros centros has estado anteriormente?

R. Aparte de Las Llamas, en el cual estoy desde el año 1996, estuve en el Colegio María Blanchard, en el Colegio Quinta Porrúa, y también en el Colegio García Barredo.
En el García Barredo fui la directora del colegio durante, creo, 7 años. Debido a los cambios en la educación, que aquí sí que me influyeron muchísimo, con el cambio de la EGB a Primaria y Educación Secundaria Obligatoria. Yo era, y soy, del Cuerpo de Maestros, porque hice la oposición de maestra, aunque soy Licenciada en Ciencias Químicas, y en aquel momento tenía que decidir si quedarme en el colegio o venir al instituto. Fue una decisión muy dura, porque yo estaba muy bien en el colegio, era la directora, tenía que dejar la dirección, pero pudo más el hecho de seguir con los alumnos con los que yo había estado siempre, ya que si me quedaba en el colegio, tenía que atender a los alumnos hasta 6º de primaria, y yo estaba acostumbrada a dar clase a estudiantes de 12, 13 y 14 años, y también por mi formación decidí irme al instituto en aquel momento, en el que había mucha incertidumbre y oposición a la nueva Ley de Educación desde ciertos ámbitos, pero yo opté por ello para seguir dando clase a los alumnos de siempre.
Se me había olvidado decir que además, al acabar la carrera, di clases a alumnos de COU (Curso de Orientación Universitaria, el antiguo 2º de Bachillerato) en el Colegio Salesianos de Santander. Todavía en esa época eran solo chicos, y apenas había profesoras, tan solo de preescolar. Entonces yo tenía 25 años, y los alumnos eran ya mayores, de 17 o 18 años, y les daba la asignatura de Biología.

P. Si te tuvieses que quedar con un solo momento de tu vida como docente, ¿cuál sería?

 R. Yo creo que con la vida diaria en el García Barredo, porque fueron unos años muy buenos por la buena relación con los compañeros: éramos como una familia, y aún mantenemos la relación y a veces quedamos.
Luego, también, con algún viaje. Aquí en Las Llamas, uno que hice con los alumnos de 1º de Secundaria, que recuerdo con mucho cariño; y en el Quinta Porrúa, un viaje que hicimos a Cataluña con los chavales… Bueno, actividades extraescolares, que me gusta mucho prepararlas, pero te frustra bastante cuando las preparas y los alumnos no las aprovechan lo suficiente; porque tú organizas la actividad, preparas las cosas, pones ilusión e inviertes tiempo, y cuando los alumnos no lo aprovechan porque, bueno, son alumnos, están en su edad, o por lo que sea, se te queda un poco ahí. Pero siempre son experiencias gratificantes.

Muchas gracias por responder a mis preguntas, Conchita. Ha sido un placer.

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